El tiempo que Noé tardó en construir el arca según la Biblia
La historia de Noé y el arca es uno de los relatos más conocidos de la Biblia. Según la tradición, Noé fue elegido por Dios para construir un arca y salvar a su familia y a diferentes especies de animales de un diluvio mundial. En este artículo, exploraremos el tiempo que Noé tardó en construir el arca, basándonos en los relatos bíblicos.
El llamado de Noé y el inicio de la construcción
Según el Génesis, Dios le habló directamente a Noé y le ordenó que construyera un arca para salvarse a sí mismo, a su familia y a los animales. Noé recibió instrucciones precisas sobre las dimensiones y la estructura del arca. A partir de este llamado divino, Noé comenzó su tarea de construcción.
El tamaño y la complejidad del arca
El arca de Noé tenía una longitud de 300 codos, un ancho de 50 codos y una altura de 30 codos, según el relato bíblico. Se dice que Noé construyó el arca utilizando madera de gofer y sellándola con brea tanto por dentro como por fuera. La construcción de un arca de estas dimensiones sin duda requeriría tiempo y esfuerzo.
El tiempo que Noé tardó en construir el arca
Según el Génesis, Noé comenzó a construir el arca cuando tenía 500 años. Además, se menciona que Noé tenía 600 años cuando el diluvio comenzó y él y su familia ingresaron al arca. Por lo tanto, podemos inferir que Noé tardó aproximadamente 100 años en construir el arca.
La paciencia y la obediencia de Noé
El hecho de que Noé trabajara en la construcción del arca durante tantos años muestra su paciencia y su obediencia a las instrucciones de Dios. A pesar de la incredulidad y la burla de aquellos que lo rodeaban, Noé perseveró en su tarea y completó la construcción del arca tal como Dios le había ordenado.
Conclusiones
El tiempo que Noé tardó en construir el arca fue un período significativo de su vida. Su obediencia a Dios y su dedicación a la tarea encomendada son ejemplos de fe y perseverancia. La historia del arca de Noé nos enseña la importancia de confiar en la dirección divina y estar dispuestos a seguir adelante, incluso en medio de las dificultades y la incredulidad de los demás.
